Se retransmitía en los televisores de la infancia, cuando sólo había dos cadenas. Aquella bola de cristal gozaba de una libertad creativa total. ¡Cómo recuerdo a la bruja avería!, maldiciendo al mal y el capital, nada menos.
La sintonía del abracadabra, de aquel programa maravilloso, es un cardinal que hablaba a los niños como si fueran adultos. Y los niños de entonces lo agradecíamos mucho, con las orejas bien separadas del cráneo para que no se nos escapara nada.
Y Alaska, con su bola, lanzó la música a los cauces de la modernidad.
‘Abracadabra’. Año 1985. José María Cano. ‘La bola de cristal’. Alaska y Dinarama. Hispavox.
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