martes, 20 de marzo de 2012

Raros e infelices

Todos los raros se parecen, aunque sus rarezas sean completamente diferentes. Porque el camino hacia el cielo suele discurrir por caminos raros.

En cambio los infelices lo son cada uno a su manera, como en la Karenina de Tolstói. Porque el camino hacia el infierno suele discurrir por caminos bien señalizados.

1. Los hay raros, porque les parece que la vida sin música es un tremendo error. Y los hay infelices, porque solo se saben la letra del la la la de Massiel.

2. Los hay raros, porque son felices sintiéndose parte del mismo lugar. Los hay infelices, porque son felices pisando el polvo de muchos caminos.

3. Los hay raros, porque bizquean a destiempo ante lo imprevisto. Los hay infelices, porque aspiran profundamente un aire de estupidez.

4. Los hay raros, porque pintan el infinito de azul. Los hay infelices, porque pintan el infinito de negro.

5. Los hay raros, porque se ponen contentos con las canciones tristes de amor. Los hay infelices, porque ya no cierran bares al amanecer.

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