martes, 10 de julio de 2012

Raros e infelices


96. Los hay raros, porque sus mejores amigos son de carne y hueso. Los hay infelices, porque sus peores enemigos son imaginarios.

97. Los hay raros, porque sueñan con trenes que van hacia el mar. Los hay infelices, porque su verdadero tren desemboca siempre en Chamartín.


98. Los hay raros, porque les gusta lucir la ropa interior en el exterior. Los hay infelices, porque se avergüenzan del interior de su ropa interior.

99. Los hay raros, porque saben que, en ocasiones, entre un hombre y una mujer se interpone el amor. Los hay infelices, porque saben que, en ocasiones, entre un hombre y una mujer se interpone la soledad.

100. Los hay raros, porque pueden querer, pero no quieren. Los hay infelices, porque quieren poder, con jota, pero no pueden.

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