187.
Los
hay raros, porque la ceguera les impide distinguir las verdaderas palabras de
amor. Los hay infelices, porque la sordera les permite escuchar las dudosas
palabras de amor.
188.
Los
hay raros, porque les gusta la paella sin arroz. Los hay infelices, porque les
gustan los relojes sin agujas.
189.
Los
hay raros, porque pierden lo que tienen por querer demasiado lo que no tienen. Los
hay infelices, porque pierden lo que tienen por estar cansados de estar
cansados
190.
Los
hay raros, porque quieren respuestas nuevas. Los hay infelices, porque no
quieren preguntas viejas.
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