312. Los
hay raros, porque disfrutan con la anormalidad de la vida cotidiana. Los hay
infelices, porque disfrutan con la cotidianidad de los anormales.
313. Los
hay raros, porque surgen de la melancolía y desembocan en la ironía. Los hay
infelices, porque surgen de la ironía y desembocan en la tristeza.
314. Los
hay raros, porque empiezan los cuentos por el final. Los hay infelices, porque
no empiezan las cuentas por el principio.
315. Los
hay raros, porque pronuncian igual el plural que el singular. Los hay
infelices, porque pronuncian igual el sexo que el seso.
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