sábado, 8 de junio de 2013

No he vuelto

Hace tiempo que no tengo mucho tiempo para escribir, ni para no tener ganas de escribir. También hace tiempo que no cambio de empleo, ni de pasado mañana. Por eso sigo con mi pasaporte en regla, aunque en la foto sale un tipo que no se parece mucho a mí. Debe ser porque uno arrastra unas saludables inercias, que son puramente profesionales, y nada más. 

Pero en mi cara sigue destacando la irónica mueca torcida de siempre, aunque ahora cumple funciones de risa y de risa miedosa. Porque yo tampoco creo, como decía Umbral, que la cara sea el espejo del alma. El alma, si acaso, tiene que ser algo más íntimo, más elaborado. 

Por eso algunas tardes mando telegramas urgentes sin destinatario. Y otras mañanas me dedico a hojear una naranja, como si fuera un libro abierto. Entonces me vienen las ganas de exprimirme un zumo de güisqui de garrafón, y de abrumarme con preguntas sin respuesta. Pero lo que más me apetecería ahora es buscar un tugurio abierto a partir de la media noche.

Ahora me parece que terminar este post es casi tan estimulante como empezarlo. Bueno, os dejo, me voy a una fiesta donde no se festeja nada.

1 comentario:

Ro dijo...

Tugurio? Media noche? Haberme avisado, hombre!