domingo, 25 de agosto de 2013

Ensayo sobre las vacaciones

Ensayo sobre la ceguera no es exactamente un ensayo. Yo diría que se parece más a una novela sobre la oscuridad por la que nos guiamos las personas que no somos ciegas.

La ceguera que narra Saramago no es común; es blanca y luminosa. Y contagiosa. Y es curioso pero, mientras la lees, parece que los ojos fueran una especie de espejos vueltos hacia dentro con los que mostramos lo que negamos con la boca.

A mí me ha servido como colofón de mis vacaciones de verano, como la desembocadura del verano, en las que, dicho sea de paso, me he pillado unos buenos ciegos, pero vocacionales y saludables. Debe ser por el aire del mar, que vivifica.

Saramago ya está muerto, que es como estar ciego dos veces, pero afortunadamente nos ha dejado novelas como ésta, en la que basta cerrar fuerte los ojos para ver con claridad la realidad.


No te recomiendo que la leas, pero hay que estar muy ciego para no hacerlo.

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