Uno
y uno son tres. Y me llevo una. A Frankfurt. Por el camino más corto. Sin
pasado reciente. Con futuro histórico
Y
desde mi olvidado blog veo el naufragio de la playa a lo lejos, como en un swot alemán. Pero desde mi hotel veo los tejados del mar en calma, como si se
hubiera producido un eclipse de paz.
Y
al fondo suena ese temazo que siempre me dice.... ahora es demasiado tarde....
déjame 20 duros. Como ayer. Como mañana. Como siempre. Y por eso me apetece
atizarme un cubata de DYC. De garrafón, aunque sea del minibar.
Y ahora me pregunto si ya te crees que han pasado 4 y 3 años. O más bien crees que
estás fuera del tiempo, como Lapido, en un lugar entre la realidad y el sueño.
Como con un disfraz de sombra. No me contestes. Hágase el caos y no la guerra.
Ahora,
camino de Frankfurt, camino de espinas y de rosas, puede que cambies de oficio,
puede que alguien te felicite tu próximo cumple en inglés, como el paleto
Guerrero, o puede que te suene a diario el rap del enriquismo.
O
puede que allí tampoco suene. Como aquí. Como en el cementerio de la Almudena.
Parece menterio, ¿verdad? Enrique se fue en el 99. Avisando, pero se fue. La
vida siempre es asín.
Venga, Vega, que me pierdo por las ramas, al tema: Que te deseo que hoy pases un gran día, y
una mala noche, que acabes la mili, que sientes la cabeza, que levantes el
codo, que planches la oreja, que tuerzas el gesto, que dobles la rodilla y que
comas perdices.
Y
que afine tu orquesta del titánic, que digas que sí cuando te digan que no, que mientas
cuando digas la verdad, y que pasees al atardecer del brazo de un apuesto tipo
sin brazos.
Muchas
felicidades, Ri, y que cumplas muchos más, por lo menos otros tantos como yo.
SiempreVega.
VegaForever.